Cambios, cambios, cambios. Es temprano afirmar que este 2011 fue rarísimo, que me pasaron cosas inimaginables, pero que en cierta medida tenían que pasar para terminar de conocer a las personas que me rodean, y a mi misma tambien. Pasé por una montaña rusa de emociones, de sentimientos, de momentos buenos, malos, horribles, tristes, perfectos y hermosos. Siempre digo que YO soy un cambio y que vivo en el, pero este año superó todas mis expectativas y a todos los años anteriores. Me uní a muchos amigos, me distancié (lamentablemente) de otros, conocí gente increíble, conocí gente de mierda, me ilusioné, me desilusioné, volviste, volvieron, te fuiste, se fueron, volvieron de nuevo y vos seguís sin volver. Pude entender de mi vida que nada es para siempre o estático, que a algunas personas el "amigo" les queda enorme, que lo que planeas para un futuro se puede desvanecer en pocos segundos, que la persona que más te entiende se convierte en un perfecto extraño y la que menos te conoce, en un hermano. Lo que no pase en dieciseis años lo estoy pasando ahora, en estos nueve meses que lleva el 2011.